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Miercoles, 24 de noviembre de 2010
Londres Roberto Casado
Los grandes inversores internacionales con sede en la City de Londres empezaron ayer a especular sobre las opciones que existen para salvar el euro, ante la posibilidad de que la crisis de la deuda soberana de Grecia e Irlanda se extienda a Portugal y España.
Una de las soluciones fue lanzada ayer por GLG Partners, la firma que acaba de fusionarse con Man Group para crear el mayor hedge fund del mundo. Ben Funnell, jefe de renta variable del grupo, indicó que “la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) no tiene suficiente dinero para rescatar a España. Por ello, las autoridades europeas deberían ir pensando en diseñar un plan B”.
A juicio de Funnell, esa solución pasaría por “una reestructuración de la deuda soberana de los países periféricos. La posible quita sobre esa deuda provocaría pérdidas en los bancos, muchos de ellos en países del centro de Europa como Francia y Alemania. Para cubrir este impacto, el Banco Central Europeo (BCE) debería imprimir dinero e inyectarlo en los bancos”.
Según Michael Saunders, de Citi, los bancos alemanes, franceses, italianos y británicos suman una exposición de 789.130 millones de euros a la deuda pública de España, Grecia, Irlanda y Portugal. De esa cifra, 374.320 millones corresponden a deuda española. Antes de llegar a una reestructuración de esa deuda y ante el enorme impacto que tendría en el sector financiero y el conjunto de la economía europea, otros analistas creen que existen alternativas. Jacques Cailloux, economista jefe para Europa de The Royal Bank of Scotland (RBS), cree que “en las próximas semanas, el BCE debería poner encima de la mesa unos 100.000 millones de euros para comprar bonos españoles en el mercado y demostrar que no va a dejar que se toque a los grandes países ni poner en duda el futuro del euro”.
Otros creen que nada puede remediar que Portugal y España requieran un rescate y ofrecen otras alternativas. Christian Tegllund, estratega de mercado de Saxo Bank, dice que “España tendrá que pedir ayuda en 2011, año en que el Gobierno tiene que refinanciar gran parte de su deuda.
El fondo europeo (FEEF) es demasiado pequeño para apoyar España, por lo que este país deberá pedir préstamos bilaterales de grandes países como Alemania y Francia”.
Para otros expertos, no habrá rescates posibles ni salvación para el euro si los mercados cierran su financiación a España por las dudas sobre su solvencia. Jennifer McKeown, de Capital Economics, indica que “dado el tamaño de la economía española, si pide ayuda las implicaciones negativas serían enormes. La confianza sobre la Eurozona se desplomaría y el efecto en los mercados globales sería desastroso. Esta situación desintegraría el euro, bien por la salida de España o quizá incluso porque Alemania abandona el barco”.
Puntos a favor
Algunos tienen esperanzas de que España no llegue a esa situación de apuro. Ben Funnell indica que “el volumen de deuda pública de España sobre el PIB (alrededor del 60%) es muy inferior al de otras economías periféricas”. Y McKeown admite que “el riesgo de una rescate de España es pequeño, aunque su coste sería devastador".
Pero esta incertidumbre va a seguir pesando sobre los mercados europeos y españoles. GLG Partners, por ejemplo, recomienda a sus inversores huir de los bancos de la periferia europea.
Otras soluciones
1. Jacques Cailloux, economista de RBS, pide a Trichet que compre bonos españoles por 100.000 millones "para demostrar que va a defender el euro".
2. Christian Tegllund, estratega de mercado de Saxo Bank, cree que Francia y Alemania deberán prestar dinero a España de forma bilateral en 2011.
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