Tengo el placer y la satisfacción de presentaros a la prestigiosa escritora mejicana Lina Zerón,autora de los poemarios "Moradas Mariposas" publicado por Union y Uneac, la habana, el año 2002, "Consagración de la piel", Editado por Atenas, Barcelona, España en 2007 e "Hígado de Perra", editado por la editorial Amarillo de México en 2014.
Nacida en Mexico en 1959, la poeta, narradora, periodista y promotora cultural Lina Zerón es autora de 14 poemarios, entre los que se encuentran, además de los citados más arriba, "Rosas negras para un ataúd sin cuerpo" en año 2000 y "Un cielo crece en el fondo de tus ojos" del año 2004 y un libro de cuentos,"Minicrónicas de listón y otros cuentos" además de cuatro novelas, entre las que cabe referir "Posdata para Ana".
Directora de Linajes Editores el periódico cultural Pluma y Café. Su poesía ha sido traducida a 14 idiomas, entre ellos el inglés,francés, alemán e italiano y aparece en más de 100 antologías, revistas y periódicos en el mundo. Cuenta con numerosos reconocimientos a nivel nacional e internacional, entre ellos: Residencia de autor por tres meses en Shanghai otorgado por la Sociedad de Escritores de China. 2013.
COLOR AL VIENTO
I
Hoy recordé aquel beso de enero
que hizo que la luna durmiera en mi boca.
II
Todavía palpitan tus enhebradas caricias
ovalando el silencio de mi cuerpo.
III
Sólo el cielo crece en el fondo de tus ojos.
IV
Cada mañana nuestras almas nacen para morir
en la contemplación de nuestra espera cotidiana.
V
Desnuda, plena de infinito
descanso de tus ávidas caricias.
VI
Buscando un color al viento
encontré un arcoíris de amor en tu cuerpo.
MORADAS MARIPOSAS
Fui semilla de sol plantada en la tierra,
parida por un tornado de agua,
entre polvo estelar y alarido de colores.
Yo quería nacer mariposa,
águila
y que me crecieran doradas plumas,
pero nací higuera de enormes raíces
y me salieron ramas
y de las ramas hojas
y me nacieron ojos en la corteza.
De las hojas brotaron palomas
y acunaron suspiros mis rojos dedos,
mis manos abanicaron tinieblas
y probé la manzana del edén.
Supe del sabor de la sangre
y me punzaron los huesos
y aprendí a llorar con mi sombra
y a cargar la cruz del fruto de María
pero también probé la miel sagrada de la rosa
y la carne del cordero
y tuve sangre virgen en las venas
y entre mis piernas el jugo de Adán corrió.
Mi vientre parió moradas mariposas
que alimenté con savia pura de abeja
y me transforme en Olmo
para defender los frutos
y ni sequías
ni tempestades
arrancaron mi tronco de la tierra.
Cantaron muchas primaveras con sus inviernos,
maduraron los higos y a la vida cayeron
y se olvidaron de este árbol
y desnudas quedaron mis ramas.
Dejé de ser higuera y olmo,
me crecieron alas
y en las plumas colores
y en los colores agua
y me convertí en pez-golondrina.
Mis lágrimas humedecen las escamas
y los suspiros hacen volar mis alas
cuando veo las semillas que mis frutos dieron.
Soy feliz de haber nacido higuera,
volverme Olmo
y ahora ser pez-golondrina
sin nido fijo y sin cadenas.
Fui semilla de sol plantada en la tierra,
parida por un tornado de agua,
entre polvo estelar y alarido de colores.
Yo quería nacer mariposa,
águila
y que me crecieran doradas plumas,
pero nací higuera de enormes raíces
y me salieron ramas
y de las ramas hojas
y me nacieron ojos en la corteza.
De las hojas brotaron palomas
y acunaron suspiros mis rojos dedos,
mis manos abanicaron tinieblas
y probé la manzana del edén.
Supe del sabor de la sangre
y me punzaron los huesos
y aprendí a llorar con mi sombra
y a cargar la cruz del fruto de María
pero también probé la miel sagrada de la rosa
y la carne del cordero
y tuve sangre virgen en las venas
y entre mis piernas el jugo de Adán corrió.
Mi vientre parió moradas mariposas
que alimenté con savia pura de abeja
y me transforme en Olmo
para defender los frutos
y ni sequías
ni tempestades
arrancaron mi tronco de la tierra.
Cantaron muchas primaveras con sus inviernos,
maduraron los higos y a la vida cayeron
y se olvidaron de este árbol
y desnudas quedaron mis ramas.
Dejé de ser higuera y olmo,
me crecieron alas
y en las plumas colores
y en los colores agua
y me convertí en pez-golondrina.
Mis lágrimas humedecen las escamas
y los suspiros hacen volar mis alas
cuando veo las semillas que mis frutos dieron.
Soy feliz de haber nacido higuera,
volverme Olmo
y ahora ser pez-golondrina
sin nido fijo y sin cadenas.
AÑADIRTE A MI PIEL
Quiero hervirte
en el centro de mis suspiros,
desgreñar tus ansias en mi ansiosa piel,
y encender piras infinitas
en la avenida de mis piernas
para guiar tu clavel por mi noche.
Desmadejar tus besos con mis besos,
en la flor de mi naranjo adormecer tu sed.
Sentir en mi elástico triángulo
azules bocanadas
y convertirte en amaranto ocaso,
para deleitarme con tu espuma,
para echar anclas,
para perseguir gaviotas,
para morir en ti.
Quiero hervirte
en el centro de mis suspiros,
desgreñar tus ansias en mi ansiosa piel,
y encender piras infinitas
en la avenida de mis piernas
para guiar tu clavel por mi noche.
Desmadejar tus besos con mis besos,
en la flor de mi naranjo adormecer tu sed.
Sentir en mi elástico triángulo
azules bocanadas
y convertirte en amaranto ocaso,
para deleitarme con tu espuma,
para echar anclas,
para perseguir gaviotas,
para morir en ti.
LUZ DE UN FARO VIEJO
Volvería a amarte de brazos abiertos
como se ama de noche los ojos del cielo,
de fuego incendiando tu líquida sombra.
Hasta el fondo de los años volvería a amarte
donde mi cuerpo aún guarda la ficción de tus besos,
la caricia inalterable de nuestras ausencias,
el amor copulando en el horizonte de la memoria.
Volvería a amarte con el calor de los fogones
que templan el aire,
porque mi corazón no ha encontrado
la estación del olvido,
o tal vez porque herrumbre soy, ceniza,
luz de un faro viejo que aún alumbra.
Si,
volvería a amarte de brazos abiertos
podando hierba para cosechar flores
porque este amor es una flama que vaga
por oscuras calles de laberínticas noches,
exhalando ecos de perfumados recuerdos.
Porque eres germen de inspiración,
volvería amarte.
Volvería a amarte de brazos abiertos
como se ama de noche los ojos del cielo,
de fuego incendiando tu líquida sombra.
Hasta el fondo de los años volvería a amarte
donde mi cuerpo aún guarda la ficción de tus besos,
la caricia inalterable de nuestras ausencias,
el amor copulando en el horizonte de la memoria.
Volvería a amarte con el calor de los fogones
que templan el aire,
porque mi corazón no ha encontrado
la estación del olvido,
o tal vez porque herrumbre soy, ceniza,
luz de un faro viejo que aún alumbra.
Si,
volvería a amarte de brazos abiertos
podando hierba para cosechar flores
porque este amor es una flama que vaga
por oscuras calles de laberínticas noches,
exhalando ecos de perfumados recuerdos.
Porque eres germen de inspiración,
volvería amarte.
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