En Portugal, como es conveniente, tratamos de dar rigor y seriedad a la información que se proporciona, con pompa y circunstancia durante el horario estelar en televisión, sobre COVID-19.
La gente tiene que creer que la democracia portuguesa se basa en la transparencia y el derecho a la información. Y el gobierno se esfuerza, diariamente, con la presencia del Ministro de Salud, o del Secretario de Estado, junto con el Director General de Salud, explicando la situación y brindando datos.
Estamos en un país de la Unión Europea, democrático, civilizado y moderno. Por lo tanto, la imagen que se debe dar debe ser efectiva, transparente, comprometida y rápida en el tratamiento de la pandemia. Y los resultados se llevan al debate.
Un día, el ministro explicó, cuando ya se dio cuenta de que los datos no siempre coincidían, que había un secreto estadístico. Y esta capacidad pomposa de manipular datos y hacer que hagan lo que quieren y es oportuno, llegó a perturbar permanentemente la certeza en la información proporcionada.
La idea es que el interés es lo primero. Entonces los datos deberán ser conformes. ¿Se esconden los datos? ¿Se actualizan cuando es apropiado? ¿Hay datos que escapan? ¿Hay situaciones que ocurrieron y que nunca serán parte de los datos? ¿Todos, ricos y pobres, débiles y poderosos, están igualmente en la lista de infectados?
Sinceramente, me gustaba creer en la democracia portuguesa, el gobierno y los funcionarios. Pero tengo muchas dudas. La lucha por COVID-19 ha sido todo menos democrática. El gobierno establece reglas y las excepciones siguen. Lo que la gente no puede hacer, las élites sí. Lo que la gente no puede hacer, los partidos políticos pueden hacerlo. Es difícil o ingenuo creer en conferencias de prensa. Portugal está amordazado. No como en la época de la dictadura, sino en una dictadura de esta época.
Para concluir, queda por recordar que los medios, sin criterios transparentes y claros, recibieron millones de euros del gobierno. Esto claramente benefició a los grandes grupos de medios. ¿Y cómo estarán exentos los que reciben apoyo millonario? ¿Cómo van a decir verdades que puedan molestar a quienes les dan una mano? ¿Qué información tenemos en Portugal? Gratis y transparente? ¿Dónde?
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