Para negar tu amor
pudrirme dulcemente por el sexo…
Sabes cómo odio negarte.
Y odio esta sensación de estar atada a tu cuerpo.
La lluvia de mis ojos es ácida
si tú no la provocas.
Para negarte tendría que matar mis sueños,
apagar la luz casi desnuda de mis párpados
y arrancar tus arlequines miembros
dibujados con magia, con movimientos de lluvia.
Si no estás tú
grito en el teléfono,
te nombro, alaridos doy.
Odio esta orfandad que se apodera de mis sábanas.
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