Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del Gobierno; es el defensor de su libertad.
Sobre mi corazón no manda nadie más que mi conciencia.
Huíd del país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos.
Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
La libertad del nuevo mundo, es la esperanza del universo.
La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.
Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso: derramar mi sangre por la libertad de mi patria.
Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos.
El arte de vencer se aprende en las derrotas.
La esclavitud es hija de tinieblas, un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.
La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad.
Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía.
La libertad es el único objetivo digno del sacrificio de la vida de los hombres.
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