El periodista Nelson de Sá, de Folha de São Paulo, destaca la importancia que la agencia Reuters le da a la pandemia Covid-19 en Brasil, que "pasó a los Estados Unidos muertos por día" y "podría pasar de 125 mil muertos en agosto", según un estudio de los Estados Unidos".
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, nombró generales para combatir la pandemia. Los militares están perdiendo la guerra.
Todo estaba cambiando. Una situación de salud pública muy grave fue eliminada de los expertos en salud y entregada al Jefe de Estado Mayor, dirigido por un general del ejército. Se fueron dos ministros de salud y entraron especialistas en áreas militares.
Un aliado del ministro de Economía, Paulo Guedes, en el gobierno (Solange Vieira) dijo, ante de las proyecciones catastróficas hechas por Saúde en marzo: “Es bueno que las muertes se concentren entre los ancianos. Mejorará nuestro desempeño económico, reducirá nuestro déficit de pensiones ”.
Es decir, se supone que la muerte y la absoluta negligencia y falta de coordinación que el gobierno manifiesta en la lucha contra la pandemia no se trata exclusivamente de incompetencia, desorganización y sensibilidad frente al caos social, sino que se resolverá, lo que se traduce en un crimen gigantesco, en un Interés económico inaceptable.
Con la muerte de los ancianos, el estado terminará teniendo menos gastos con este grupo de edad, lo que justificará el genocidio ignominioso.
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